Púrpura es más que un taller, es un refugio. Un espacio donde la danza sensual y el desarrollo humano se entrelazan para transformar la manera en que habitamos nuestro cuerpo y nos contamos nuestras propias historias.
En esa hora y media a la semana:
- Conectamos con nuestro ser, sin juicios ni prisas.
- Bailamos y nos dejamos llevar por el ritmo de nuestra propia esencia.
- Exploramos nuestro movimiento, descubriendo lo que nuestro cuerpo ha querido decirnos desde siempre.
- Escribimos acerca de nuestro mundo interno, convirtiendo las emociones en palabras y las palabras en testimonio.
- Escuchamos a otras, compartimos, nos reflejamos y nos sostenemos.
Su nombre surge con una intención integradora:
- Azul y rojo.
- Emoción y pensamiento.
- Cuerpo y psique.
- Presente y pasado.
- Individualidad y comunidad.
Púrpura es un recordatorio de que somos más que una sola cosa. Somos fuerza y suavidad, luz y sombra, deseo y calma. Aquí, cada historia es bienvenida, cada cuerpo es celebrado, cada emoción tiene un lugar.

